Fue en el estadio olímpico universitario, el partido era la ida de la final pumas-monterrey. Tuve la suerte de ir con muy buenos amigos y con la mamá de uno de ellos, teníamos asientos buenísimos, gran ambiente y mucha espectación. Arrancó el partido y obviamente yo quería ver, pero a uno de mis compas (el que iba con su jefa) se le hizo buena idea estar chingue y chingue con uno de los aplaudidores (que son tubos de plástico que uno infla) entonces dobló el aplaudidor y me dio un madrazo en la cara, me encabroné y le dije "¡ya güey, chinga tu madre!" pero con un tono que me salió de las tripas, a lo que me respondió tranquilamente "¿ahorita?" Entonces volteé a ver a la señora y ella en toda su buena onda trató de disculparme... No sabía donde meter la cabeza... Una de las peores vergüenzas de mi vida
Boletos para la final de campeonato...........120 pesos con mastercard
Chela en el estadio.......................................25 pesos (en efectivo)
Que tu cuate te miente la madre estando ella presente, no tiene precio.
Esto podría ser un comercial de mastercard
Publicado por J.C. Cajas García en 21:36
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7 comentarios:
Jajajaja, moraleja: mas vale pedir permiso que perdón... (sobre todo cuando se trata de los pumas)
JA! buenísimo!
¡pos sí, ahorita!, eso se responde... jojojo
No, la verdá, que pena... jeje
Pero no se apene, cuéntenos el resto de sus peores vergüenzas, ¡aquí las aguardamos con mucho gusto!
Cuídese...
jojojo!
Exactamente hay cosas en esta vida que nadamas no tienen precio...
Y que mastercard se haga dueña de esta frase... tampoco tiene precio!
Buenisimo!!!!
Tu sigue contando choco aventuras y bueno sigue viviéndolas.
suerte!
A ver cuando vienes a la casa..
Ja!
jajajajajajjajajajajajajajjajajajaja buenerrimo
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